Este sábado tuve una experiencia única en mi vida docente: impartí una clase desde el Museo Nacional de Historia.
Imagínate colega que preparas tu secuencia didáctica, con dinámicas, participación de los alumnos, desarrollo del tema y un espectacular cierre con evaluación que incluye un revolución verdadera... pero, tu material didáctico es ni más ni menos que el mural "Del Porfirismo a la Revolución Mexicana" de David Alfaro Siqueiros. ¡Ni en mis más dulces sueños fue como en la realidad!.
Gracias al apoyo de Servicios Educativos del Museo Nacional de Historia (castillo de Chapultepec) y de la gran disposición y compromiso de alumnos y padres de familia ésta clase pudo hacerse realidad.
Este día tuve la oportunidad contagiar a los niños de mi hambre de conocimiento, de mis ganas de saber más, de mi curiosidad ante los hechos históricos y llevarlos a vivir la historia contada por personajes que se han apasionado y apropiado de ella, en el recinto que contiene los vestigios de nuestra historia y que además, me dio pauta para continuar con el temario en clase.
Sobra decir que ésta ha sido una experiencia maravillosa, que llevo tiempo y dedicación realizar pero que al ver la actitud de los alumnos y el aprendizaje que logramos ha valido toda la pena del mundo. A los colegas los invito a que se acerquen a servicios educativos de este y otros museos para cambiar los paradigmas de las visitas a estos recintos, para hacerlos nuestros aliados en la enseñanza de los contenidos y para cambiar, de vez en cuando, el confort del escritorio por la majestuosidad que nos ofrece el mundo real.